lunes, 27 de febrero de 2017

Colores

Por Colombina

Si yo fuera un color regurgitaría azules mientras me muevo como una raya bajo el agua, y te arrancaría los amarillos de las piernas por puras ganas de un sabor ácido, para hacerme un cinturón de piel de humano con ojos de fresa.

Si fuera un color, dejaría de escucharte en marrones, y me lanzaría a dibujarte con los pies manchados de negro. No tendrías idea de cuando acaba el día por mis rizos jugando en tus narices, y todas las madrugadas estornudarías esos sarrosos rayos de sol, como los dientes de cualquier anciano.

Si yo fuera un color rebotaría en verdes, y mi estómago sería un acordeón, y dirían que por ahí va la serpiente de tierra caliente, con esa historia arribista bogotana de la gente calentana, y mis piernas rosáceas se broncearían con tus malos domingos, y tus malas mañanas.

Si yo fuera un color, me hundiría en esos rojos tan bonitos de tus sienes cuando estás a punto de explotar, y las haría trizas con mordiscos grises hasta que olvidaras mi nombre. Si yo fuera un color definitivamente sería el negro de tus pellizcos, el blanco de tus olvidos, el verde de tus euforias, sería las noches manchadas de risas amarillas abandonadas, y las madrugadas de cuerpos morados y adoloridos que la noche anterior perdieron sus signos.


Dejaría de colorearte.